Señoras y señores, vamos a decirlo claramente: Xenoblade Chronicles es el mejor JRPG de su generación. Así de simple, rápido y directo. El trabajo de los chicos de Monolith Soft es de aquellos que te hace reconciliarte con un género que en los últimos años - excepto honrosas excepciones portátiles - estaba lejos de sus mejores momentos.
Xenoblade Chronicles es inmenso en todas sus facetas y combina lo mejor de varios estilos de RPG: la trama absorbente y el diseño de los JRPGs, la libertad de acción y de exploración de los RPGs occidentales y ciertas mecánicas de misiones, objetos y jefes de los MMORPGs. Vamos, la combinación perfecta para muchos.
Reconozco que me cuesta ser imparcial en estas primeras impresiones, fruto de unas quince horas de juego, pero es que por eso mismo son unas primeras impresiones sin más intención que contaros las sensaciones que me ha producido hasta ahora el juego. Vayamos por partes:
A la que llevas unas cuantas horas de juego lo que más destaca de Xenoblade por encima de todo lo demás es la cantidad de cosa por hacer. Como ya he comentado, la exploración tiene un papel importante en la dinámica del juego, que se desarrolla en un mundo surgido de los cuerpos de dos dioses que murieron combatiendo entre sí: Bionis y Mekonis. Hay infinidad de zonas ocultas y parajes escondidos a los que podremos acceder al margen de la historia principal y, llegado el momento, apetece aparcarla un rato para dedicarse a descubrir nuevos recovecos del mapa.
Las misiones secundarias serán otro de los platos fuertes del juego. Hay un número indecentemente alto de ellas y se van desbloqueando a medida que vamos completando las anteriores o cumpliendo ciertos requisitos. Uno de ellos, el de las relaciones personales, nos lleva a uno de los grandes aciertos de Xenoblade: lo vivas que están las ciudades (a diferencia de otro juego que tooodos conocemos y no nombraremos aquí xD). Monolith Soft ha optado por distanciarse del clásico esquema de los JRPGs de multitud de pequeños pueblecitos a los que vamos llegando para comprar nuevo equipo, hacer nuevas misiones o adquirir nuevas magias y adoptar un sistema de pocas ciudades pero grandes, donde haya muchas cosas por hacer durante mucho tiempo. Nuestra relación con los habitantes de las ciudades se irá fortaleciendo a medida que vayamos cumpliendo misiones, aumentando nuestra fama o conociendo mejor a los distintos ciudadanos y las relaciones que se establecen entre ellos. Así, cada ciudad se nos presenta como un mundo vivo, donde distintos habitantes reconocibles hacen su vida y los sentimos como cercanos. Lejos de los típicos PNJs que se limitan a soltar su frase trillada. Aquí, cada nuevo paseo por Colonia 9, por poner un ejemplo, nos deparará nuevas misiones o nuevos detalles sobre la vida de alguno de sus habitantes, eludiendo cualquier tipo de desarrollo lineal del juego y ayudándonos a implicarnos en la vida de la Colonia, ya sea entablando amistad con un escritor en apuros, ayudando a una joven sargento de la guardia a ascender de rango echándole un cable con las misiones, correteando con los chiquillos o haciendo de improvisado Celestino.
Si a esto le unimos equipo aleatorio, refinamiento de cristales y gemas para potenciar nuestro equipo, un sistema de combate ágil pero lo suficientemente estratégico y complejo para requerir cierta destreza, monstruos de niveles y dificultad variada o parajes secretos, con ciclos de día y noche empezamos a comprender la grandiosidad del juego a nivel jugable. Ah!!! y todas estas acciones (descubrir zonas nuevas, conseguir logros, trabar amistad con la gente...) nos proporcionan suculentos puntos de experiencia. Tantos, que es hasta una buena manera de subir de nivel, dando mayor versatilidad a nuestra forma de jugar (nada de matar 500 pollos para subir de nivel, prefiero irme a explorar o a desfacer entuertos, que me da más experiencia).
A nivel gráfico, cumple de sobras si tenemos en cuenta la inmensidad de la propuesta y que es un juego de Wii. Solamente algunas texturas y unas pésimas expresiones faciales empañan un tanto el producto final, pero sin más consecuencia que la de servir de excusa a aquellos que quieran buscarle pegas a un juego que no saldrá en su consola.
Y hasta aquí mis impresiones por ahora. Sólo una última cosa; si Xenoblade no se llamara Xenoblade y llevara Final Fantasy en la carátula, sería - para muchos - un juego de 12 sobre 10.
1 comentarios:
Una pena que haya llegado con cuentagotas a nuestras tiendas, no lo entiendo...
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