Mucho se habló en el pasado E3 celebrado en Los Ángeles sobre este título. Se especuló sobre su sistema de combate, su propuesta futurista y sus gráficos, que prometían poner a prueba los ventiladores de videoconsolas y ordenadores personales por igual.
Sé que es un tema que estamos viendo muchísimo en la realidad que nos corresponde (y que debería repetirse más si se quieren conseguir cambios...), pero la revolución es el hilo conductor del juego. Hablamos de una corporación malvada que somete a la población en un futuro desbocado en aras de la tecnología que requiere de un héroe u heroína para que reinicie el sistema y las injusticias terminen. Blablabla...sí, no es nada que no sepamos.
Nilin despierta en la cárcel de la Bastilla y es contactada por un misterioso personaje llamado Edge, el cual consigue que pueda salir sana y salva del recinto carcelario. Unos títulos de crédito más tarde nuestra protagonista aparece en una versión de París ciberpunk, y entre calles, cornisas y golpetazos se abre paso para liberar a la sociedad de un mal extendido. Y es este mal la mayor virtud de este "Remember Me", porque tal y como indica el título, la cosa va del control de la sociedad mediante el tráfico y la manipulación de recuerdos.
Imaginad que llegamos al punto de que lo único que le queda al hombre libre, su mente, se viera expuesta a los intereses de grandes corporaciones; que tuviéramos el poder de manejar los recuerdos ajenos a nuestro antojo y modificarlos para olvidar esas malas experiencias, o conseguir esa calma espiritual que empieza con un estado de mente saludable. Bajo esa premisa se sitúa el trasfondo de Neo-París, una ciudad futurista en la que los privilegiados gozan de los privilegios del recuerdo, mientras que los desgraciados se ven despojados de ellos y sometidos a un infierno en vida.
Hasta ahí perfecto, porque Neo-París es un paisaje oscuro y nostálgico excelentemente recreado, recargado hasta el mínimo píxel de todo lujo de detalles. Con esos barrios modificados según la época propuesta, con la Torre Eiffel como una constante de fondo y con las típicas cafeterías y callejones parisinos colmados de publicidad proyectada virtualmente, recordándonos constantemente que estamos sometidos a los creadores de los Sensen (o Sensation Engine), unos implantes cerebrales que nos permiten acceder a nuestra memoria. Los que salen peor parados son los pobres desgraciados adictos a estos datos de memoria, los Leapers, los neo-yonkis que vagan por París saturados por la locura de los recuerdos.
Pero hay que decir que a pesar de este mundo que nos ofrecen con tanto lujo de detalles, la exploración que nos permiten del mismo deja mucho que desear. A medida que avanzamos por los capítulos no podemos sentirnos sino atrapados en una película interactiva, limitados por escenarios finitos y encarrilados. Así como en el último Tomb Raider se nos presentaba de forma parecida, en ese título nos permitían explorar en cierta medida esos escenarios, saltando, bregando y descubriendo rincones que escondían secretos. En "Remember Me" poco podréis descubrir, exceptuando potenciadores de habilidades o una serie de parásitos que nos proporcionan un extra de experiencia.
Del sistema de combate, del que se antojaba original y con unas posibilidades casi ilimitadas, sólo se puede decir una cosa: decepcionante. A su favor hay que decir que no se trata de un simple "machaca-botones". Nosotros somos los que asignamos la efectividad de los ataques colocando nuestras habilidades en serie para lograr determinados combos que en otros videojuegos se nos da por defecto.
Asimismo, no sólo podemos asignar habilidades de combate a nuestros combos. Contamos con otros tres condicionantes que determinarán el desarrollo de la partida: curación, recuperación de concentración y plus de cadena. El primero nos permitirá, a medida que completemos con éxito la consecución de botones, curarnos progresivamente durante los combates; recuperar la concentración determina el tiempo total que tenemos que esperar hasta poder realizar un ataque o habilidad especial, muy útil para agilizar la batalla y para sobrevivir en determinadas ocasiones; y por último, el bonificador de cadena sirve para añadir un daño extra a la combinación de botones asignada.
Personalmente opino que la idea es increíble y me encanta. Pero más allá de la teoría, a la hora de la verdad que es el combate, es caótico, impreciso y desesperante. Y no por estar pendiente de los combos o no, sino porque no han encontrado una armonía entre la realización de los mismos y la agilidad en el combate. Los movimientos son lentos y un botón apretado antes de tiempo cancela la cadena y nos desespera. No sé vosotros, pero en un juego de acción en el que nos restan la acción por dar prioridad a lo ingenioso del sistema de combate...
Me ha dejado un especial sabor de boca la posibilidad de modificar los recuerdos de algunos de los personajes que encontramos a lo largo de la partida. Como si de una edición de video se tratara, podemos alterar los recuerdos a nuestro antojo, encontrando puntos clave, rebobinándolos y manipulando objetos con el fin de conseguir cambiar la historia dentro de la mente de alguien.
Otro punto a favor es el doblaje, pero es una auténtica lástima que no hayan mimado las expresiones un poco más. Los desarrolladores alardeaban de haber conseguido un juego íntimo, basado en las emociones, pero a mi parecer no han conseguido un buen trabajo estabilizando el audio y los rostros.
En resumen, un juego notable que podía haber sido una obra maestra. Pero hay buenas noticias: en el final se deduce que podríamos tener secuela. ¡Tomen nota, señores desarrolladores!
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