Llegamos al final de nuestra semana temática japonesa. En este pequeño saloon he apartado por unos días las representaciones shakespearianas, bailarinas de can can y elegantes pianistas para mostraros lo que hay del lejano oeste en el país del Sol Naciente. Tras las películas y viñetas del western nipón, hoy le toca el turno a la fusión de ambas: el anime.
Y mira por donde el aprieto es aun peor que en el caso del manga. La situación es similar, muchos subgéneros por escoger, pero aquí el western futurista gana por goleada. Pese a existir títulos bastante cercanos al género, como la serie Koya no shonen Isamu (Isamu the willderness boy) de 1973, la animación japonesa parece encontrarse más a gusto con un western del mañana que del ayer.
Es por eso que, tras rebuscar entre los títulos disponibles, no he encontrado ningún anime que cubriera todas mis expectativas iniciales, no hay un Sky Hawk animado. Una vez comprendido y asimilado, no quedaba sino tomar los cubiertos con renovadas ansias y ver qué es lo que tenía delante.
Pese a estar situado en otro planeta, Gun Frontier, de Leiji Matsumoto, nos ofrece una estética claramente western: típicos poblados del oeste con su correspondiente saloon y su banco, ponchos y sombreros con sabor a espagueti y la historia de una búsqueda de lo más interesante.
Trigun, por su parte, da un giro de tenedor en favor del aspecto futurista. Esta vez la estética, aún en el oeste, se nutre del steampunk. Hablamos de un western relleno de dinamita; ya que la típica sobriedad es reemplazada, de una forma muy conseguida, por la grandeza destructiva más propia de este aspecto.
No obstante, el mejor bocado es Cowboy Bebop; paradójicamente el que menos relación directa tiene con el western. Es un gran anime por sí mismo, sin duda, pero eso es algo que mis compañeros podrán explicar mucho mejor. Yo lo he escogido porque es el punto final de mi experiencia a lo largo de esta semana.
Y es que Cowboy Bebop recoge las influencias occidentales de Nikkatsu y las mezcla de una forma magistral con la ciencia ficción y la acción del anime actual. Cazarrecompensas del spaghetti western, en historias propias del cine negro de yakuzas, al son del jazz bebop que impregnó el japón de los años 50 y 60. Su título es toda una declaración de intenciones.
Un banquete de yoshoku y washoku.
Buen provecho.
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