domingo, 23 de octubre de 2011

MASAMUNE VS. MURAMASA

ESCRITO POR Entropico




En Japón hay muchas leyendas. Dos de ellas existieron hace poco más de 500 años. Acompañadme a visitar a dos de los mejores forjadores de armas que han existido.


Ozaki Masamune


También conocido como Gorō Nyūdō Masamune (五郎入道正宗). Hay mucha controversia acerca de las fechas pero se sabe que vivió entre el 1280 y el 1330 (Período Kamakura).
Creó espadas conocidas como "tachi" y dagas "tantō" según la tradición Soshu. Espadas sublimes para los recursos de los que se disponía en la época y, algunas de ellas, de tamaños desproporcionadamente grandes (las había que llegaban a superar los dos metros).
Una de las técnicas que se le atribuye es la de laminar una hoja de hierro de un único bloque con acero trenzado. También se dice que practicaba un ritual de purificación con el que eliminaba todas las impurezas del metal empleado, algo muy destacable en una época en la que la materia prima de las espadas solía no ser demasiado pura. Las espadas de Masamune se convirtieron en algo tan famoso en el Japón feudal que se consideran portadores de las mismas a personajes tan legendarios como Miyamoto Musashi o algunos de los 47 ronin, hombres que pueden ser considerado como los mayores representantes del código Bushido, que seguirían los samuráis durante siglos.

Sengo Muramasa

Muramasa Sengo (千子 村正) fue un famoso forjador de armas que fundó la escuela Muramasa y que vivió durante el siglo XVI (Período Muromachi).
Su escuela en la provincia de Ise fue famosa por la extraordinariamente afiladas que estaban sus espadas.
Se dice que Muramasa fue un herrero increíblemente talentoso pero que su carácter era violento y que estaba muy desequilibrado mentalmente y que precisamente este carácter es el que le transmitía a espadas. Sus obras fueron muy conocidas por tener una sed sangre desmedida y por empujar a los guerreros que las empuñaban a cometer suicidio.
Pese a que Masamune y Muramasa no fueron contemporáneos hay una serie de leyendas sobre ellos dos que son bastante curiosas. A continuación os relato una de ellas que pone de manifestó el carácter de ambos personajes:

Una leyenda cuenta que una vez Muramasa desafió a su maestro, Masamune, a una competición para ver quién de los dos hacía la mejor espada. Ambos trabajaron arduamente y sin descanso y cuando las dos espadas estuvieron listas decidieron probarlas para ver los resultados.
Para ver cuál de las dos espadas era la mejor decidieron dejar ambas espadas suspendidas en un arroyo con el filo apuntando corriente arriba. La espada de Muramasa, la Juuchi Yosamu (10.000 Noches frías/十千夜寒), cortó todo lo que pasó por su camino; peces, hojas que flotaban en la superficie del río y hasta el mismísimo aire que pasaba por ahí. Masamune, altamente impresionado por el trabajo de su discípulo, bajó su espada, la Yawarakai Te (Manos suaves/ 柔らかい手) hasta la corriente y esperó pacientemente. Ninguna hoja fue cortada, los peces nadaron por encima de ella y el aire sopló gentilmente encima de la hoja.
Al poco rato, Muramasa empezó a mofarse de su maestro por su aparente falta de habilidad para hacer una espada. Masamune, sonriendo para sí mismo, sacó su espada, la secó y la guardó.
Mientras Muramasa seguía increpando a su tranquilo maestro, un monje que estaba cerca y que había visto la competición se acercó a ellos. Muramasa guardó silencio y miró al monje, el cual empezó a eplicar lo que había visto:
La primera espada era muy bella y estaba muy bien hecha, sin embargo estaba sedienta de sangre. Se trataba de una espada maligna que no discriminaba a la hora de cortar. Podría cortar desde mariposas hasta cabezas. La segunda espada era sin duda la más bella y perfecta de las dos, ya que no necesitaba cortar lo que es inocente y no merece ser cortado.”









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