Hace unos días me he metido entre pecho y espalda los primeros dieciocho tomos de Claymore, manga realizado por Norihiro Yagi y después de tal empacho lo único que me queda por hacer es contaros mis impresiones.
Vaya por delante que desde hace mucho con el manga me pasa como con las series. No soporto el goteo de información que supone ir siguiendo semana tras semanas las pequeñas dosis de la trama. Prefiero esperar a tener varios tomos por delante a frustarme por esperar un puñado de páginas tras las que me quedo igual que antes de haberlas leído. Supongo que en estilos tan visuales como el japonés es el precio a pagar; con el cómic americano, por ejemplo, no tengo tanto esa sensación. Pero vamos, como siempre, es cuestión de gustos e impresiones.
Claymore reúne todo lo que uno puede esperar: chicas monas en relucientes armaduras, espadas grandotas y demonios feos y masacrables. De entrada no pinta mal, ¿verdad? En resumen, sin spoilers, el plantemiento es tal que así:
Estamos en un mundo donde los humanos están en peligro constante por culpa de los Yoma, una especie de monstruos humanoides que se alimentan de carne humana. Para hacerles frente existe una misteriosa organización que controla a las Claymore, unas guerreras medio humanas medio Yoma conocidas así por las grandes espadas con las que luchan, llamadas también "brujas de ojos plateados" por su frialdad y falta de emociones. Existen 47 de ellas, clasificadas por su fuerza y sus habilidades de combate. La historia gira precisamente en torno a Clare, la Claymore 47, que poco a poco comienza a cuestionarse qué hay detrás de la organización y de su lucha contra los Yoma. El elenco de protagonistas se irá completando según Clare va interactuando con el resto de guerreras de la organización.
A nivel argumental, Claymore es un manga que va de menos a más. Al principio la historia se desarrolla con calma, profundizando en personajes y situaciones. A medio camino, se dispara y entra en una espiral un tanto frenética. Da la sensación de que la trama se precipita de golpe en busca de un final que, hasta donde yo sé, aún no se ha producido (el tomo 20 salió en japón hace mes y algo) y queda la sensación de que se podrían haber explotado mejor algunas escenas o personajes, que se despachan demasiado rápido.
Con todo, es una lectura más que recomendable. No esperéis ninguna revolución en el género pero ahora que hay tiempo libre para tomarse algo fresquito y leer es una opción a tener en cuenta. Ah, y existe también un anime que cubre los once primeros tomos y algún que otro videojuego, por si os quedáis con las ganas de más.
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