Hace semanas que estoy hasta arriba de trabajo; nada nuevo. Lo nuevo es que desde hace semana y media compartimos la casa con un nuevo inquilino: Diablo III. Venía con buenas referencias, he pasado ratos fantásticos con sus hermanos mayores (¡Qué juergas por Tristán nos pegábamos, eh!) y la verdad es que es un chico excelente - de 9 para arriba - y siempre te apetece charlar un rato con él pero no sé... tiene ciertos defectillos que me gustaría compartir con vosotros. Nada serio, pero son el tipo de cosillas que se enquistan si no se hablan, ya sabéis.
El primero es que huele a azufre y no es demasiado limpio, aunque cuando uno comparte el piso con demonios del averno, Señores del Inframundo, horrores pestilentes, hombres cabra y un infinito surtido de bestias, muertos redivivos y cosas similares se acostumbra a no echar de menos el aire fresco, así que sobre eso no hay mucha queja.
El segundo, es que tenemos algún que otro problema de comunicación. Que si servidores que se colapsan de vez en cuando, que si problemillas para loggear alguna que otra noche, que si está todo el día conectado a internet y de ahí no lo sacas.... no sé... A todos nos gusta estar conectados 24 horas al día, pero creo que sus papás (los señores de Blizzard) le han mimado demasiado. Os pongo un ejemplo... se viene a vivir con nosotros y resulta que a nuestra compañía de internet le da por dejarnos 36 horas sin conexión. ¿Resultado? El bueno de Diablo III decide dejar de hablarnos y nos pasamos día y medio sin poder interactuar con nuestro nuevo -y deseado - compañero de piso... aunque tengamos el mono y queramos jugar en lo que antiguamente se llamaba modo offline ¿Bonito verdad? Cuando me enteré que era un joven adicto a internet pensé "bah, no pasa nada, hoy en día estamos todos conectados 24 horas, no problem..." y zas! experimento en mis propias carnes el hecho de que una compañía decida privarme del hecho de jugar con algo por lo que he pagado. Porque esa es otra... Diablo III es un excelente compañero de juergas, pero se ha venido a vivir a casa no ya sin poner un duro, si no teniendo que pagar por él.
También hay otro pequeño problemilla de comunicación que me inquieta, aunque más que problema me suena a mentirijilla, así que no sé que pensar. Resulta que cuando me hablaron de él, Diablo III venía con una tienda de subastas con dinero real bajo el brazo. "Mira que chulo", pensamos en casa. Pues bien, parece que de eso, ni rastro. Blizzard nos va dando largas (ahora se ve que para mitad de junio). No es un problema grave, pero no inspira confianza, den los motivos que den ... A ver que cara se le hubiera quedado al de la tienda si le llego a decir que me llevo el juego y ya si eso, más adelante... se lo acabo de pagar...
Total, que la polémica está servida. Como consumidores, tenemos que dejar pasar ciertos detalles (justificables o no, ahí no entro) en un producto que pagamos por mucho que sea la rehostia, lo hayamos esperado desde hace más de una década y nos dé horas y horas de juego. A mi ya os digo que Diablo III me está encantando pero... esas pequeñas cosillas son las que no terminan de dejarme satisfecho al 100%
Y vosotros ¿qué opináis al respecto?
Total, que la polémica está servida. Como consumidores, tenemos que dejar pasar ciertos detalles (justificables o no, ahí no entro) en un producto que pagamos por mucho que sea la rehostia, lo hayamos esperado desde hace más de una década y nos dé horas y horas de juego. A mi ya os digo que Diablo III me está encantando pero... esas pequeñas cosillas son las que no terminan de dejarme satisfecho al 100%
Y vosotros ¿qué opináis al respecto?
1 comentarios:
A mí también me pasó algo parecido. Yo tenía una parienta que se llamaba Final Fantasy XIII-2. Al principio parecía increíble, pero a medida que pasaba el tiempo se volvió sosa, insípida y repetitiva. Cuando no me achacaba el presente, lo hacía con el pasado o el futuro y era un lío tremendo.
Al final acabamos cortando porque encima que me dejó a medias, me quería sangrar dinero por esas pequeñas 'actualizaciones' que tiene la vida pero que no compensaba mantener.
Weno, quitando las chorradas (me ha encantado tu narración, muy original ;) todas las compañías están demostrando últimamente que no están dispuestas a dejar de poner la mano para luego largarse corriendo antes del intercambio. Que les pille desprevenidos vale, pero en este caso no valen las excusas.
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