Desde aquí queremos mandar un mensaje de paz con una serie coreana tan ficticia como las amenazas termonucleares de Kim Jong-Un; una historia de amor con "The King 2 Hearts" que, como está de moda entre los aficionados al fútbol, demuestra que "sí se puede" superar la discordia que separa el Paralelo 38...¿o no?
Puede que existan muchos "¿Y si...?" en esta serie, principalmente el de imaginarnos a la actual Corea del Sur como una monarquía constitucional, pero lo más importante es preguntarnos: ¿Y si viéramos la serie como una comedia? ¿Y si la viéramos como un drama? ¿Y si la viéramos como una absurda utopía? Porque a diferencia de otros kdrama históricos o con acento político, nuestra percepción y predisposición es absolutamente necesaria.
Es la historia de un príncipe arrogante e inmaduro, es también el relato de un amor prohibido y también es una deliciosa comedia, pero el pilar sobre el que se sustenta todo el proyecto es el contraste entre el Norte y el Sur, entre dos ideologías opuestas y una oportunidad, a modo de ensayo, para la unificación de las dos Coreas.
No conformes con desarrollar una historia controvertida, se comprometen a hacerlo con criterio y disciplina, siendo este uno de los motivos de peso por los que se merece ser mencionada como una de las mejores, si no la mejor, serie de este pasado 2012, junto con el reseñado Gaksital y otras que se merecerán un apartado en nuestra sección de doramas.
Concretamente, llama la atención cómo han mimado el aspecto técnico y los escenarios que envuelven las mini-historias que suponen cada capítulo. Sí, porque si en algo se caracteriza "The King 2 Hearts", además de la evolución de los personajes, es en la particularidad de que cada episodio nuevo supone un refresco al anterior, una visión nueva y nuevos planteamientos que convierten a esta serie en una experiencia en la que no existen el aburrimiento y en la que las sorpresas, para bien o para mal, están aseguradas como en la mejor de las producciones norteamericanas.
En cuanto a los personajes, como decíamos, es apasionante la forma en la que van creciendo. Ya hacía tiempo que no me aventuraba a destacar interpretaciones, y me enorgullezco en presentaros a una de las mejores parejas televisivas de las series coreanas hasta ahora: Lee Seung Ki, que interpreta al príncipe surcoreano malcriado, y Ha Ji Won, como alma gemela guerrillera de los vecinos del norte. Al primero sólo he tenido la ocasión de verlo en "My Girlfriend is a Gumiho", de interpretación correcta para mi gusto, algo que no puedo decir de la actriz protagonista puesto que no he visto otras intervenciones suyas en ninguna serie o película. Pero en este caso, la conexión entre los dos actores es sublime. Se palpa la tensión, la alegría y la tristeza en cada escena que, sumado a la nada despreciable actuación del resto, nos hace vivir una historia real.
Como último apunte, la banda sonora fue premiada en la 7ª Edición de los "Seoul International Drama Awards", como OST destacada de 2012.
¡Una serie que no os podéis perder!
Puede que existan muchos "¿Y si...?" en esta serie, principalmente el de imaginarnos a la actual Corea del Sur como una monarquía constitucional, pero lo más importante es preguntarnos: ¿Y si viéramos la serie como una comedia? ¿Y si la viéramos como un drama? ¿Y si la viéramos como una absurda utopía? Porque a diferencia de otros kdrama históricos o con acento político, nuestra percepción y predisposición es absolutamente necesaria.
Es la historia de un príncipe arrogante e inmaduro, es también el relato de un amor prohibido y también es una deliciosa comedia, pero el pilar sobre el que se sustenta todo el proyecto es el contraste entre el Norte y el Sur, entre dos ideologías opuestas y una oportunidad, a modo de ensayo, para la unificación de las dos Coreas.
No conformes con desarrollar una historia controvertida, se comprometen a hacerlo con criterio y disciplina, siendo este uno de los motivos de peso por los que se merece ser mencionada como una de las mejores, si no la mejor, serie de este pasado 2012, junto con el reseñado Gaksital y otras que se merecerán un apartado en nuestra sección de doramas.
Concretamente, llama la atención cómo han mimado el aspecto técnico y los escenarios que envuelven las mini-historias que suponen cada capítulo. Sí, porque si en algo se caracteriza "The King 2 Hearts", además de la evolución de los personajes, es en la particularidad de que cada episodio nuevo supone un refresco al anterior, una visión nueva y nuevos planteamientos que convierten a esta serie en una experiencia en la que no existen el aburrimiento y en la que las sorpresas, para bien o para mal, están aseguradas como en la mejor de las producciones norteamericanas.
En cuanto a los personajes, como decíamos, es apasionante la forma en la que van creciendo. Ya hacía tiempo que no me aventuraba a destacar interpretaciones, y me enorgullezco en presentaros a una de las mejores parejas televisivas de las series coreanas hasta ahora: Lee Seung Ki, que interpreta al príncipe surcoreano malcriado, y Ha Ji Won, como alma gemela guerrillera de los vecinos del norte. Al primero sólo he tenido la ocasión de verlo en "My Girlfriend is a Gumiho", de interpretación correcta para mi gusto, algo que no puedo decir de la actriz protagonista puesto que no he visto otras intervenciones suyas en ninguna serie o película. Pero en este caso, la conexión entre los dos actores es sublime. Se palpa la tensión, la alegría y la tristeza en cada escena que, sumado a la nada despreciable actuación del resto, nos hace vivir una historia real.
Como último apunte, la banda sonora fue premiada en la 7ª Edición de los "Seoul International Drama Awards", como OST destacada de 2012.
¡Una serie que no os podéis perder!
¿Cuántos Minutos Más se merece (sobre 5)?
Trailer de "The King 2Hearts"
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