Nier. Ni siquiera los empleados del Game sabían qué aspecto tenía, ni la calidad de sus gráficos ni la jugabilidad, ni tan siquiera críticas recibidas por parte de los clientes. Los personajes de estilo gótico de la portada no pintaba nada mal pero, ¿y si los empleados necesitaban quitarse de encima un mal título? Porque estaba de oferta en la estantería como una oportunidad...o una necesidad, por 20€ (de su precio inicial de 57).
Entonces le pregunté al empleado: ¿Podéis mirarme la puntuación por internet? Y la negativa me hizo inclinarme más hacia las nuevas aventuras de Desmond pero ahí estaba la lucha...hasta que al final caí.
Os aseguro que lo primero que hice fue poner el bluerray en la Playstation y no mirar las puntuaciones de los usuarios por internet, y la cosa fue así: una introducción muy a lo "Devil May Cry", con música de coro y gráficos modestos. Cuando las escenas transcurrieron, pude comprobar la jugabilidad y la primera impresión la verdad es que no fue del todo agradable porque parecía estar controlando a un personaje de generación anterior de videoconsolas.
Y para rematarlo, cuando vi que la ambientación tenebrosa y apocalíptica desaparecía para dar paso a un mundo rpg en el que las primeras misiones consistían en matar ovejas, estuve a punto de volver a la tienda.
Unas 38 horas de juego después, os puedo decir que a pesar de todo, ha sido una de las mejores experiencias en Playstation 3. El nivel de gráficos queda compensado de sobras por la increíble historia que gira alrededor de la trama principal y los personajes.
Cuenta además con una gran cantidad de sidequests que permiten descubrir más los entornos que nos proponen, así como las historias personales y, mucha veces melancólicas, de los habitantes de cada región.
El mundo de Nier no es tan vasto como nos tienen acostumbrados los nuevos planteamientos de las desarrolladoras como Rockstar o Ubisoft, pero cuenta con escenarios originales y variopintos que debemos explorar durante las mencionadas misiones secundarias, aprovechando estas expediciones para subir de nivel y aumentar nuestras habilidades.
Ese es otro de los puntos débiles del juego, la personalización de los personajes. Es un título enfocado a historias personales con una estética preestablecida y no se permiten demasiados cambios, hasta ahí bien. Pero se echa en falta en un título de action rpg la mínima personalización de la equipación, puesto que en todo el juego no se puede más que adquirir armas y mejorarlas.
El trasfondo de Nier es también un refresco en general. Un padre que debe salvar a su hija de una enfermedad que corroe el mundo sustituye a los clásicos héroes de títulos similares. O al menos en Europa así es, puesto que Nier cuenta con otra versión distinta en Japón conocida como "Nier Replicant" en el que el personaje es un joven que esta vez es el hermano de la niña enferma. En XBOX 360 se le conoce como "Nier Gestalt".
Y si hay un objeto que está presente siempre durante el juego, ese es el "libro". No quiero hablar más de la cuenta, así que lo dejaré ahí, pero en Nier la importancia de las palabras es el motor principal y visual del desarrollo del juego. De hecho, la personalización de armas de la que hablábamos anteriormente consiste en "palabras" con diferente poder y característica que sirven para bonificar nuestro arsenal y potenciarlo.
La banda sonora es de las mejores que he escuchado nunca, compuesta por Keiichi Okabe, Kakeru Ishihama, Keigo Hoashi y Takafumi Nishimura, con melodías interpretadas por coros y vocalistas.
Por último destacar el fallo de siempre, la traducción. Nier está doblado y subtitulado al inglés, pero eso ya no debería ser una sorpresa aunque sí es cierto que para aquellos que no tengan el idioma muy cogido de la mano la experiencia quedará anulada por completo. Supongo que es un tema mítico que costará corregir con el tiempo, pero es lamentable que a estas alturas no traduzcan ni siquiera los subtítulos.
El final de Nier, potenciado por el desarrollo intermedio, es sublime. Pero si os quedáis con ganas de más aventuras, existen 4 endings alternativos que se irán desbloqueando a medida que rejuguéis el título (no hay que empezarlo de 0, sino desde un punto en concreto).
En resumen, esta obra maestra de Cavia (la auténtica desarrolladora, no Square Enix) es un diamante en bruto que si tuviera la marca Final Fantasy estaría ahora entre los clásicos de siempre. Pero ahí se ha quedado a las sombras, nunca mejor dicho, y es una pena que no pueda poner la nota que se merece por culpa de los defectos que os he comentado.
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