sábado, 17 de noviembre de 2012

Cuando la realidad supera la ficció - El sorprendente hombre invisible

ESCRITO POR Elban




Los más comiqueros del lugar, sobre todo si le damos al género pijamero, estamos acostumbrados a los villanos más sorprendentes y a los orígenes más inverosímiles. Científicos locos, artilugios imposibles, fórmulas secretas, tonteo con las más oscuras fuerzas de la Creación, radioactividad, accidentes.... Me diréis que eso en la realidad no pasa. Pues bien, yo os contesto con el caso del nuevo supervillano que ya quisieran para sí Marvel o DC. Atentos, porque aquí comienza la sorprendente historia del Hombre Invisible!!!

McArthur Wheeler era un ladrón normal y corriente, de esos de infantería, hasta que la vida le dio una segunda oportunidad. Después de mucho cavilar y cavilar -y suponemos que después de alguna que otra dosis de algo con mucho alcohol - el bueno de Wheeler llegó al descubrimiento que le cambiaría la vida: el spray de la invisibilidad.

Sí, sí, tal y como lo oís. Cuál supervillano en ciernes, nuestro hombre había dado con la manera perfecta para iniciar un nuevo nivel en su currículum delictivo. Su liquido tesoro contaba con una fórmula altamente sofisticada consiste en zumo de limón y ... absolutamente nada más. 

Simplemente brillante...
...
..
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En fin... que después de probarlo en casa y cerciorarse de que el invento funcionaba (¿?) Wheeler, a quien a partir de ahora llamaremos "el tontaco" se encaminó ni corto ni perezoso, a robar su banco más cercano. En un alarde de originalidad, nuestro supervillano potencialmente invisible ni se molestó en crearse un supertraje (y mira que la imagen de marca es importantísima en este negocio) y entró a cara descubierta. Total... pensó... qué coño! soy invisible!

Supongo que en una historia fictícia ahora llegaría el momento en el que el nuevo supervillano se topa con Spider-Man, que casualmente iba a ingresar un cheque para Tía May o algo as. Pero esto es la realidad y aquí lo que se encontro el tontaco fue nada más y nada menos que un par de guardias de seguridad de los de cualquier banco americano que se precie. Y al verlo entrar (sí , sí, al verlo entrar) le detuvieron.

Pero a ver... si tenia el spray de la invisibilidad, un plan y era invisible, ¿cómo coño pudieron verlo los guardias? No sé si a estas alturas aún hay alguien que se pregunte como pudo fallar la cosa... McArthur Wheeler seguro que sí. Con los ojos rojos aún por el chute de zumo de limón en su cara y el estupor de ver su meteórica carrera delictiva truncada el pobre pensaba en qué había podido fallar.

Finalmente, la policia sacó de dudas a nuestro buen ladrón. Se ve (dicen, eh! que lo mismo nos mienten para que no se sepa) que el zumo de limón no convierte a la gente en invisible con sólo echárselo por encima, por mucho que McArthur Wheeler lo probara en su casa. Y es que ésa es otra... nuestro tontaco, en vez de mirarse al espejo o qué se yo... usó el siguiente método: Me rocío spray de zumo de limón en la cara, y con la otra mano me saco una foto com mi Polaroid de toda la vida, todo al mismo tiempo que la carrera de un villano es corta y no hay que ir perdiéndolo en tonterías... Resultado... sale la foto y no estoy. ¿Resultado? FUNCIONA!!!!

Lo triste es que ni se le ocurrió pensar que no se veía porque, al estar tan lloroso como tras un atracón de Anatomía de Grey, la foto saliera movida.

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