Ya le queda poco tiempo a esa videoconsola que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar en compañía. En Europa se ha explotado Nintendo Wii para convertirla en un tablero de juegos virtual, pero aún así, en las postrimerías de su existencia, nos ha dejado joyas memorables que evidencian que sí se podían crear títulos para adultos y sí se podía competir con la gran Playstation 3 -aunque no en cuanto a gráficos, sí en jugabilidad- y ofrecer alternativas para prolongar su vida útil.
Ese ha sido el caso, entre otros, de "The Last Story" (Mistwalker) y, para mí la mejor experiencia de Wii, el excelente "Xenoblade" (Monolith Soft). Y por fin llegó también el esperado "Pandora's Tower", que prometía un final de fuegos artificiales para despedir a la consola de Nintendo. ¿Será lo que esperábamos?
Este título, que nos llega de manos de Ganbarion (dedicado casi exclusivamente al desarrollo de juegos basados en manganime, el más conocido "Jump Ultimate Stars"), nos introduce en un mundo cruel y nostálgico en el que el protagonista, Aeron, tratará de salvar a su amada Helena de una maldición. Para ello, deberá hacerse con la carne de los guardianes de cada una de las Trece Torres y así contrarrestar la maldición para siempre.
Para conseguirlo, Aeron hará uso de un arma que representa mucho más que una forma de acabar con sus enemigos: una cadena con la cual está conectado a Helena. Y bajo este arma se concentra toda la jugabilidad que convierte a Pandora's Tower en un título original, por las múltiples opciones que nos permite experimentar y en la que se basará nuestro avance en el juego. Si bien contamos con armas para aporrear a nuestros enemigos, estas no nos servirán de mucho si no utilizamos con ingenio la cadena para frenarlos o lanzarlos por los aires.
La pregunta clave, para saber si os gustará o no el juego, es: ¿sois pacientes? Lo digo porque no se trata simplemente de recorrer cada una de las originales trece torres que nos proponen, sino que además contamos con el factor de jugar con el tiempo en contra. Esto significa que la buena muchacha Helena se encuentra en un Observatorio en el que cada segundo se va transformando en el monstruo que no desea ser. Desde que accedemos a las torres, un contador nos indica el grado de transformación de la joven, y si no regresamos a tiempo, game over.
Para evitar que esto ocurra, tendremos que regresar constantemente desde las torres hasta el observatorio para dar de comer carne de monstruo y así retrasar el efecto hasta poder enfrentarnos al jefe final de cada torre. Dicha carne se obtiene de los enemigos que encontraremos por el camino, pero no todos los manjares tienen el mismo efecto. Están aquellos que nos permiten detener temporalmente la transformación y otros que nos rellenan en mayor o menor proporción el círculo de tiempo que nos queda.
Eso significa muchas cosas, pero sobre todo quiere decir que si no encontramos la carne óptima, el juego se puede convertir en una frustrante cuenta atrás a la que, a medida que pase el tiempo y la dificultad aumente, puede jugar en contra también con la paciencia a la que hacía alusión anteriormente.
Para los jugadores exigentes, esto supondrá un reto y una experiencia única; en cambio, para aquellos que estén acostumbrados a tomarse la libertad de explorar con calma escenarios y disfrutar de los escenarios, pueden acabar desquiciados. Hay que tener en cuenta que a pesar de contar con la aparente jugabilidad de un género de plataformas, estamos ante un jrpg, y eso quiere decir que con el fin de estar al nivel de cada torre, tendremos que molestarnos mínimamente en subir el nivel de nuestro personaje.
La subida de nivel no debería suponer un problema ya que por lo general podemos encontrar la carne de monstruo adecuada si combatimos varias veces con los enemigos, pero todo depende, de nuevo, de vuestra paciencia.
Por tanto, vinculando el tema anterior, la dificultad dependerá de cómo os toméis el juego. Volver a re-jugar algunas de las torres para descubrir zonas que a lo mejor en vuestra primera visita resultaban inaccesibles puede suponer una tortura, pero es sin duda la mejor opción para evitar dejar arrinconado un juego excelente sin llegar a terminarlo.
Además, la dificultad ya es de por sí ciertamente elevada por la exigencia de los escenarios, por la pesadez en algunos casos de tener que rehacer el camino -aunque contemos con algunos objetos que nos permitan teletransportanos- y por la complejidad y dureza de los jefes de cada torre. Con la mayoría tendréis que hacer uso de la cadena para terminar con ellos y, todo sea dicho, el daño que proporciona a la cadena de vida de los bosses es irrisoria. Tendréis que invertir tiempo, valga la redundancia, y de nuevo hacer acopio de la paciencia y vuestra habilidad con el remote.
Los jugosos restos de monstruos no serán los únicos "regalos" que podremos ofrecer a Helena. Contamos con un árbol de afinidad cuya ampliación tendrá consecuencias, supuestamente, en el final de la trama. Para ello -una buena excusa para pasarse de vez en cuando tras un rato de cacería- podremos ofrecerle diferentes regalos para contentar a la pobre muchacha, que ya bastante tiene con lo de su dieta particular.
Contamos también con una forma de aprovisionamiento de objetos para hacernos la vida más fácil y una correcta opción de modificación de armas a las que será totalmente necesarias acostumbrarse a utilizar para poder afrontar los retos que nos proponen. Tendremos un espacio limitado para recoger objetos y llevarlos, ampliable en un futuro, y una parrilla para colocar accesorios y armas para mejorar a Aeron.
En cuanto a la ambientación y la banda sonora, impecables. Quizá habría hecho falta la presencia de más personajes que dieran un poco de vida a este desolado mundo que nos proponen, pero como ya hemos destacado no se trata de un rpg convencional (y nadie se quejó nunca de la carencia de personajes en Devil May Cry mientras ha habido bichejos y buenos escenarios de por medio).
¿Qué nos esperará al final de la Decimotercera Torre? ¿Vivieron felices y comieron perdices o habrá destrucción y desolación?
2 comentarios:
El más personal de los tres grandes RPGs de Wii de los últimos tiempos.
La verdad es que pinta de lujo y demuestra, una vez más, que para hacer un buen juego la potencia gráfica es secundaria y lo que importa es hacer bien el trabajo de concepto y de jugabilidad. Yo últimamente he estado jugando a El Shaddai: Ascension of the Metatron de PS3, que tiene (muy muy de refilón) un aire a éste y la verdad es que el Pandora's Tower le saca los colores en muchos aspectos.
Buen análisis! Muchas gracias
Sólo espero que las distribuidoras hayan tomado nota de lo que la gente quiere y para la próxima consola nos traigan más jrpg (o títulos de otros géneros, pero de calidad para adultos).
Sobre El Shaddai, tengo un conocido que me ha hablado un poco sobre él y dice k gráficos impresionantes, pero k la jugabilidad no mata. A ver si nos lo puedes confirmar con otra review ;)
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