Normalmente no comienzo diciendo que mis sinopsis no son totalmente subjetivas, pero esta merece tal aclaración. Intento por lo general ceñirme a la calidad de los guiones, de la banda sonora, de la puesta en escena y quizá mi mayor prioridad son las interpretaciones. De todas formas, es cierto que resulta enrevesado ser objetivo con un conjunto, por lo de que "el gusto está hecho de mil repulsiones".
Haunters (초능력자, 2010) simboliza, para mí, esa completa decepción que resulta de las más esperanzadoras expectativas. Por ese motivo voy a ser franco, todo lo objetivo que pueda y enfocando el análisis con un filtro que seguramente diste bastante de las opiniones de profesionales y redactores de críticas influenciables por los anteriores.
Bienvenidos, por tanto, a Haunters; una batalla física y psicológica entre el bien y el mal, entre la aprecio y el odio. Y ahí os podría resumir el contenido aparente de un largometraje. Cho-in es un hombre con poderes especiales que consigue controlar a las personas a su antojo y Kyu-nam es un trabajador poco afortunado que es precisamente la única persona a la que no puede someter por algún extraño motivo.
A priori, con esa introducción de Cho-in en su infancia, cuando se ve forzado a perder su inocencia, se percibe un futuro aterrador y una personalidad cruel condicionada por las circunstancias. La siguiente media hora es el punto de partida para explicar la vida de Kyu-nam y cómo ambos personajes entran en contacto por primera vez.
Desde ese instante, tras el impacto de dos personalidades distintas que colisionan en una muestra de excepcionales expresiones faciales, explican lo que será el resto de la cinta: una contienda emocional y física entre personas incomprendidas destinadas a sufrir por su condición especial. Es precisamente esto, y es lo único, que hace de Haunters una película inaudita que trata de crear una nueva percepción del cine coreano alejado de las comedias románticas baratas o de los thrillers pobremente encarrilados.
Pero no sería justo calificar una película por sus intenciones. Tan importante es el inicio, que permite al espectador decidir si pasar o no dos horas sentado, como el desarrollo y la conclusión que determinan la valoración final. En Haunters, el comienzo es prometedor, pero se queda estancado en un vaivén de luchas sin más objetivo que demostrar quién es el vencedor moral de un balance de fuerzas contrapuestas. Es el odio por el odio, la necesidad por la necesidad y la victoria por la victoria.
Con unos paupérrimos flashback, tan innecesarios como poco esclarecedores, deja una sensación de sequedad en la curiosidad del espectador, que se limita a ver a dos personas sufrir conflictos internos y externos repetitivos, forzados y nada convincentes. Rescatan los fotogramas Kang Dong-won (Secret Reunion, 2010) y Ko Soo (Will it snow for Christmas?, 2009) que encarnan a los dos protagonistas en una interpretación excelente y que consiguen por su trabajo las pocas distinciones a destacar.
¿Qué ocurre con los personajes secundarios? Realmente no son más que parte del decorado y utensilios para las maquinaciones de Cho-in. Incluir a una mujer en la trama (Jeong Eun-chae) no es más que una excusa para poder ver algo precioso de vez en cuando, y repele tristemente el papel de duo cómico (aunque no sé si era esa la intención) de los actores extranjeros que forman parte del círculo de amistad de Kyu-nam. Hay que decir a su favor que la calidad interpretativa de estos, acostumbrado a los extras callejeros de las series coreanas, es notable y cumplen su función justamente.
Última y especial mención a la calidad de la fotografía, eso sí, muy cuidada y que al menos hace lucir las escenas que con gusto pasaríamos a cámara rápida con el mando de nuestro reproductor DVD.
PUNTUACIÓN FINAL
"Haunters" es una película con gracia divina que se queda en un purgatorio dudoso. La calidad interpretativa y los sentimientos no puede ser galardonado con buenas intenciones (para eso ya tenemos obras maestras que sí lo son, como 'Hierro 3', 2004). No hay compromiso por parte del director, Kim Min-suk, en explicar nada más ni en involucrar a los personajes en su egoísta conquista.
Lo mejor:
"Haunters" es una película con gracia divina que se queda en un purgatorio dudoso. La calidad interpretativa y los sentimientos no puede ser galardonado con buenas intenciones (para eso ya tenemos obras maestras que sí lo son, como 'Hierro 3', 2004). No hay compromiso por parte del director, Kim Min-suk, en explicar nada más ni en involucrar a los personajes en su egoísta conquista.
Lo mejor:
- Las interpretaciones, de aplausos interminables para los protagonistas.
- La puesta en escena.
- Una historia diferente.
- Repetitiva hasta la muerte.
- Historia diferente, sí. Pero cuando estamos sedientos de respuestas y de un trasfondo que adorne todas esas batallas no se puede poner en la mesa un vaso enorme vacío, con dos gotas de acción y contrastes interpretativos. El resultado es que consigue enganchar, decepciona y nos hace olvidar la seriedad de los dos héroes.
- No voy a entrar en muchas de las escenas insuficientes y surrealistas. Pero el lamentable punto y final al filme con la escena del metro...atroz, irrespetuosa y aberrante.
3/10
Trailer de "Haunters", 2010
Trailer de "Haunters", 2010
0 comentarios:
Publicar un comentario