Ésta será sin ninguna duda una de las entradas más parciales y subjetivas que he escrito en lo que llevamos de blog, vaya el dato por delante. Y es que desde que llegué a Marwan hace ya casi dos años me tiene musical y vitalmente enamorado; es uno de esos casos en los que percibes que detrás del gran artista hay una aún mejor persona. Y eso se nota en sus letras, en sus canciones y, por encima de cualquier otro sitio, en sus conciertos, donde se desnuda sin tapujos ante un público que más que público parece un amigo más de toda la vida. No será técnicamente el mejor, ni falta que le hace. Sus muchas virtudes son otras.
Marwan es uno de los grandes exponentes de la nueva (ya no tan nueva, que los años no pasan en balde) hornada de cantautores surgidos del circuito de bares y locales madrileños donde, a diferencia de Barcelona, el género tiene una amplia aceptación. Aunque parece que la situación va mejorando gracias a los esfuerzos de la gente de Les Nits de l'Art, que se esfuerzan por traer a la ciudad condal artistas como Chaouen, Luis Ramiro, Andrés Suárez...
Marwan es uno de los grandes exponentes de la nueva (ya no tan nueva, que los años no pasan en balde) hornada de cantautores surgidos del circuito de bares y locales madrileños donde, a diferencia de Barcelona, el género tiene una amplia aceptación. Aunque parece que la situación va mejorando gracias a los esfuerzos de la gente de Les Nits de l'Art, que se esfuerzan por traer a la ciudad condal artistas como Chaouen, Luis Ramiro, Andrés Suárez...
Pues bien, este jueves Marwan volvió a Barcelona para presentar su recién estrenado tercer disco (Las cosas que no pude responder) por todo lo alto: en Luz de Gas, con banda y lleno total. Dos horas de música, confidencias, anécdotas, aplausos y canciones compartidas. Y mucha, mucha felicidad. Un lujazo, vamos. Marwan tiene la virtud de meterse al público en el bolsillo desde el primer minuto, como su tan adorado Barça.
He de confesar que me sorprendió gratamente el toque distinto que coge su repertorio tocado con banda (a saber, Kike Fuentes a la guitarra eléctrica, Miquel Ferrer a la batería y Paul Larnaudie al bajo, espléndidos los tres). Las canciones pierden el aura de intimidad que se genera en recitales en solitario, armado sólo con voz y guitarra, pero ganan en intensidad, fuerza y catarsis colectiva. Se agradece el poder levantarse del asiento y botar al ritmo de Marcas junto a todo Luz de Gas.
Como en toda presentación de nuevo disco, el grueso del repertorio estuvo dedicado a presentar los trece temas que conforman Las cosas que no pude responder, aunque no faltaron algunas canciones de sus "clásicos de ayer y hoy".
En definitiva, una noche para enmarcar. Os dejo con un video del concierto presentación en Madrid, en la sala Joy Eslava:
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