Formo parte - como muchos de nosotros - de una generación que creció embelesada con Oliver y Benji (Captain Tsubasa para los entendidos) de Yoichi Takahashi, en aquellos tiempos en que antes del telediario de la noche daban dibujos en lugar de basura. Desde entonces ha llovido mucho y parece que el mundo se ha movido demasiado...
Sea como sea, éste no es un post nostálgico, sino una mirada hacia adelante, hacia el panorama de las actuales propuestas de anime futbolístico. Bueno, sin el plural: hoy pienso hablaros de Inazuma Eleven. La serie que, para mí, mejor ha sabido recuperar y actualizar las sensaciones que ofrecían Tsubasa y compañía.
Inazuma Eleven es una creación del estudio de desarrollo de videojuegos japonés Level-5, a los que si tenéis una Nintendo DS conoceréis de sobra por multitud de buenas razones llamadas Professor Layton, Dragon Quest IX y Ni no Kuni y que fueron responsables de algunas de las joyas de la aún-no-tan-difunta PS2 (Dragon Quest VIII sin ir más lejos, y el fantástico Dark Chronicles, del que guardo un excelente recuerdo). Vamos, una de los principales estudios de videojuegos del panorama actual japonés.
Inazuma Eleven es una creación del estudio de desarrollo de videojuegos japonés Level-5, a los que si tenéis una Nintendo DS conoceréis de sobra por multitud de buenas razones llamadas Professor Layton, Dragon Quest IX y Ni no Kuni y que fueron responsables de algunas de las joyas de la aún-no-tan-difunta PS2 (Dragon Quest VIII sin ir más lejos, y el fantástico Dark Chronicles, del que guardo un excelente recuerdo). Vamos, una de los principales estudios de videojuegos del panorama actual japonés.
Inazuma Eleven cuenta las peripecias del equipo de fútbol del Instituto Raimon, capitaneado por Mamoru Endo (Mark Evans en Occidente), un desastre de equipo, como no podría ser de otra forma, que cuenta con apenas cuatro o cinco miembros y que recibe un ultimatum por parte de la direccón del instituto, poco dispuesta a mantener un club de fútbol sin miembros y sin posibilidades de meter un solo gol. Con todo, gracias al tesón de todos ellos y a la incorporación de un enigmático delantero estrella, el equipo renace de sus cenizas y recupera el espíritu que, varias décadas antes, guió al equipo del Instituto, los Inazuma Eleven, hacia lo más alto.
Hasta aquí, un planteamiento típico, pero que sin embargo tiene varias novedades que hacen de Inazuma Eleven una propuesta a tener en cuenta. Ante el éxito del videojuego, se crearon un anime y un manga que iban de la mano de la trama del juego, en un movimiento inverso a lo tradicional (primero manga, luego anime, finalmente juego) que hace que el anime tenga un ritmo desacostumbrado.
De entre los detalles que destacaría del anime de Inazuma Eleven me quedo con tres, que beben directamente de su faceta videojueguil: la espectacularidad de las técnicas, la multitud de personajes diferenciados y la rapidez de los partidos, que duran por lo general un capítulo, dos a lo sumo. Estas tres características lo alejan de la larga sombra de Captain Tsubasa, con sus interminables partidos y sus pocos personajes destacables más allá de los protagonistas (reconozcámoslo, de los equipos rivales, sólo el capitán era normalmente interesante)
En España tenemos la suerte de contar con el anime traducido, también como Oliver y Benji con los nombres occidentalizados, cosa que puede llevar a más de un quebradero de cabeza y, por ahora, con el primero de los muchos juegos de Inazuma Eleven para Nintendo DS, que fue publicado hace unos meses en perfecto español y con las voces de la serie, todo un detallazo.
En España tenemos la suerte de contar con el anime traducido, también como Oliver y Benji con los nombres occidentalizados, cosa que puede llevar a más de un quebradero de cabeza y, por ahora, con el primero de los muchos juegos de Inazuma Eleven para Nintendo DS, que fue publicado hace unos meses en perfecto español y con las voces de la serie, todo un detallazo.
Como videojuego, Inazuma Eleven es un RPG deportivo. Es decir, formamos nuestro equipo, lo equipamos, lo subimos de nivel, le hacemos aprender supertécnicas, cumplimos misiones y realizamos combates, como en cualquier otro JRPG. Los combates, eso sí, son partidos de fútbol, de 4vs4 o 11vs11.
Como veis, Inazuma Eleven es una apuesta lúdica global (anime y videojuegos), con una estética muy marcada, quizá algo orientada al público más infantil pero visualmente muy potente. No seré yo quien la ponga al nivel de nuestros queridos Oliver y Benji, pero desde luego es una apuesta más que digna para aquellos que quieran revivir la emoción de un partido de fútbol made in Japan.
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